sábado, 23 de abril de 2011

YO QUIERO SER UNA CHICA ALMODOVAR

Supongo que me habréis oído decir que el único motivo de que yo no sea famosa es que Almodóvar aún no me conoce. Siempre he querido ser una chica Almodóvar y con ello no me refiero a que quiera que me rieguen los empleados del ayuntamiento, que me gusten los dedos gordos de los pies, ser puta, travesti, monja que se tira a travestis, cura que abusa de niños, niña que no conoce a su padre y luego resulta ser su abuelo o señora que vive en las transversales y se hincha a porros y cosas por el estilo. NO. Me gusta el toque sórdido, decadente, hortera, descarado y los vestidos de Carmen Maura.
Todo esto viene porque hace poco viví una situación digna del mejor drama de Pedro. Sinceramente he vivido bastantes situaciones dignas de ser llevadas al cine, pero esta en concreto me hubiera hecho replantearme si he tocado fondo. Al lio.

Una tarde, como todas las tardes Lydia y yo íbamos paseando a nuestros perros, ella a su Trapo y yo a mi Hanna Montana. Mi Hannita estaba en celo por lo que Trapi estuvo a punto de ser violado en repetidas ocasiones. Hasta que apreció Perro Chulo. Este individuo es un chuchillo viejo, blanco y sucio que además de andar por la vida con su propia ley y como un alma libre, ha preñado a la mitad de las perras de este pueblo. Así se las gasta Perro Chulo. Cuando vio a mi perra con lo lustrosa y de buen año que está y con el culo en toda su disposición no lo dudó un segundo y vino a por ella. Tras seguirnos y verse atacado en varias ocasiones por Trapo, que es un terrorista y que no es que le guste mi perra aunque se chupen la boca, pero oye, que llegue de repente este chulo y te intente levantar ala compañía en tus narices, pues no le guste a nadie; Perro Chulo no se rendía. Y mi perra es mocita y no ponía la menor resistencia. No me quedó más remedio que salir corriendo calle arriba con la perra casi a rastras y con Lydia gritándome: corre Patri¡¡¡ corre¡¡¡ que os está siguiendo¡¡¡¡ Pero la historia dio un giro inesperado y mi perra se soltó de la correa por lo que yo corría más ligera. Mierda. Miré hacia atrás y llegué justo a tiempo de evitar la tragedia. Las fuerzas me fallaban porque entre el sofoco de correr y la chupa de cuero y el palestino estaba a punto de darme una lipotimia. Ya en la esquina de casa de mi abuela, donde debía dejar a la perra encerrada me fallaron las puertas y empecé a vomitar.
Entonces me ví. tirada en la acera, vomitando y con dos perros follando a mi lado bien pegaditos a mi para hacer aún más lamentable la escena. No sé cómo pero saqué fuerzas de la flaqueza y entré a casa de mi abuela llorando, vomitando y a punto de desmayarme mientras mi tía asustada salía  aver qué me pasaba.
No es que esté en contra del amor libre perruno pero lo pasé bien mal. Desde entonces cuando Hanna está en celo no sale de casa y Perro Chulo monta guardia en la puerta cual Romeo esperando a una más de sus Julietas.

1 comentario:

  1. jajajajajajajajajajajajaja

    (pausa para tomar aire)

    jajajajajajajajaaaaaaaaaaaaaaaaaaajajajajajaja

    Muy fan de Perro Chulo. Y de los vómitos!

    ;)

    Besotes!

    ResponderEliminar